El tesón y las ganas de trabajar - más de 800 cuadros en nueve años como pintor - que demostrará Vincent a lo largo de su corta vida son encomiables y definen claramente la biografía de este magnífico pintor neo-impresionista. Vincent Willem van Gogh nace en Groot Zunder (Holanda) el 30 de marzo de 1853 en el seno de una familia de clase media. Su padre - Theodorus van Gogh - era un pastor protestante y su madre - Anna Cornelia Carbentus - pertenecía a una importante familia de encuadernadores. Sus tíos paternos se dedicaban al comercio de obras de arte, fundando la sucursal holandesa de la prestigiosa firma Goupil & Cie. No existen muchos datos sobre su infancia, iniciando sus estudios en 1861 y destacando en el aprendizaje de inglés, alemán y francés. Abandona repentinamente el instituto donde estudia y regresa a su casa; son los escasos datos que conocemos de estos años de adolescencia ya que hasta los 30 no tendrá vocación artística. Con 16 años empieza a trabajar en la galería Goupil, fundada por su tío en La Haya. Allí se vendían preferentemente obras de artistas holandeses contemporáneos - la conocida como Escuela de la Haya que buscará sus raíces en el paisaje realista del Barroco con Jacob van Ruysdael como principal protagonista - y de la Escuela francesa de Barbizon, origen del Impresionismo. Durante los cuatro años que Vincent estuvo en La Haya se empapó de estas escenas que tenían bastante salida comercial. Pero ya en estos momentos se inicia su profunda admiración por Millet, a quien considera el padre de la nueva pintura francesa. Anton Mauve, uno de los miembros de la Escuela de La Haya, contrae matrimonio con una de las tías de Vincent, quince años mayor que su marido, convirtiéndose Mauve en el primer mentor artístico de Van Gogh. En 1873 Vincent se traslada a Londres para trabajar en la sucursal de Goupil de la capital británica. Su primer año allí será de entera felicidad, apreciando la pintura de Constable y Turner, y afirmando su admiración por la pintura holandesa contemporánea. Parece que su primera crisis psíquica fue motivada por el rechazo sentimental de la hija de su patrona, la joven Ursula Layer, de quien se había enamorado profundamente. El deterioro físico y psíquico de Vincent fue tal que se le trasladó a la oficina de París por un periodo de tres meses. Vincent se volcó en la religión tras su fracaso amoroso, convirtiéndose en un hombre extraño. En 1875 regresa a París procedente de Londres - donde había estado los últimos seis meses - trabajando de nuevo en la central de la casa Goupil. Se obsesiona con la religión, descuidando su aspecto, leyendo continuamente la Biblia, incluso en el trabajo. También es un asiduo visitante del Louvre y del Museo del Luxemburgo. Cada vez rinde menos en el trabajo; por consiguiente, los jefes de la casa Goupil le dan un plazo de tres meses para que presente su dimisión. Corría el mes de enero de 1876 cuando Vincent abandona París y regresa a Inglaterra, siendo profesor en una escuela de Ramsgate donde su sueldo era el alojamiento y la comida. En julio de 1876 se instala en las cercanías de Londres, formando parte de una escuela metodista cuyo director le anima a impartir clases de ética y a predicar. Durante las Navidades de ese año regresa a Holanda y su padre le convence para que se quede en casa. En 1877 inicia un nuevo trabajo en una librería de Dordrecht gracias a la recomendación de su tío. Vive solo y no le interesa el trabajo por lo que pretende matricularse en la Facultad de Teología de Amsterdam en dos ocasiones sin obtener resultados positivos. Tras nuevos intentos fracasados, su padre consigue que se le otorgue un acuerdo para permanecer por un periodo de seis meses como predicador a prueba en el sector de Masnes, en la región belga de Borinage. Durante tres años estará Vincent trabajando con comunidades mineras, renunciando a sus escasas pertenencias para vivir como ellos. Ya entonces empieza a contar con la colaboración económica de su querido hermano Theo, quien trabaja en la central de Goupil en París. Esta dependencia económica se mantendrá durante el resto de la vida de Vincent. El ardor religioso remite y Vincent abandona a los mineros. Posiblemente haya decidido convertirse en un artista profesional por lo que se traslada a Bruselas, compartiendo estudio con Anton van Rappard. Inicia estudios de perspectiva y anatomía, acompañados de lecturas complementarias. En abril de 1881 Vincent regresa a la casa paterna de Etten, donde permanecerá ocho meses al enamorarse apasionadamente de su prima Kee Vos. Llega incluso a quemarse la mano ante el rechazo y se traslada a La Haya, viviendo con una prostituta embarazada que ya tenía un hijo llamada Sien Hoornik. Al pensar Vincent en hacerla su esposa, su padre considera declararle demente para alejarle de Sien. En esta breve etapa en La Haya se sitúa bajo la dirección artística de su tío Anton Mauve. Vincent realiza su primer óleo titulado Muchacha bajo los árboles en tonos oscuros siguiendo a la próspera Escuela de La Haya. Su compañera Sien será su modelo en múltiples dibujos. Pero la relación Vincent-Sien se agota y el pintor regresa a la casa paterna, ahora en Nuenen. Theo continúa su apoyo económico como anticipo de las ventas de unos cuadros que nunca se venderán. Vincent dirá a este respecto: "Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se vendan. Pero llegará el día en que la gente se dará cuenta de que tiene más valor de lo que cuestan las pinturas". Los dos años pasados en Nuenen (1883-1885) se culminan con la obra Campesinos comiendo patatas. Muerto su padre en abril de 1885, Vincent se siente más libre y en otoño se traslada a Amberes donde contempla los espectaculares retablos de la catedral ejecutados por Rubens, iniciando un aclarado de su paleta. La pintura de Delacroix también llamará su atención en estas fechas. Vincent tiene cada vez más claro que debe continuar su aprendizaje en París, donde se traslada por sorpresa en marzo de 1886. En la capital del arte del siglo XIX permanecerá por un periodo de dos años; primero se matricula en la escuela de Ferdinand Cormon para pintar modelos vivos. Allí conocerá a Toulouse-Lautrec, poniéndose en contacto con los impresionistas. Este nuevo movimiento artístico sirve a Vincent de punto de partida, aunque piensa que Millet ha hecho más por la pintura que Manet. Durante estos años realizará paisajes de las cercanías de su casa o bodegones de flores, apreciándose un aclarado de su paleta en relación con el periodo de Nuenen. También inicia ciertos experimentos con el Puntillismo así como conoce a Degas, interesándose por la figura humana. Pero la atención de Vincent se centra en sus contactos con los jóvenes Paul Signac y Émile Bernard, quienes consideran anticuado el Impresionismo. Ambos artistas influirán mucho en la obra de Vincent, que empieza a pensar en la creación de una comunidad de artistas. Las estampas japonesas supondrán también una importante influencia para el joven pintor, de igual manera que influyen en todos los movimientos del momento. Incluso llegó a reproducir varias estampas japonesas mientras el retrato de Père Tanguy está lleno de estampas niponas. El contacto de Vincent con Gauguin se inicia en el otoño de 1886. Entre ambos surgió un respeto mutuo, creciendo la admiración de Van Gogh hacia Paul a medida que pasaba el tiempo, haciéndose cada vez más fuerte la idea de constituir una sociedad de artistas en la que se compartieran gastos e ideas, ofreciéndose apoyo mutuo. En febrero de 1888 Vincent se traslada al sur de Francia, a Arles, buscando su lugar de escape, su Japón del Sur como él denominaba a la ciudad mediterránea. En Arles beberá mucho menos y creará mucho más. Alquilará una casa, la Casa amarilla, pero la soledad es muy dura - sólo mantenía relaciones con la familia del cartero Roulin y sus amigos - por lo que empezó a creer con más fuerza en su ansiada sociedad de artistas. Invitó a Gauguin a instalarse en Arles, aceptando éste trasladarse en octubre de ese año, tomando Paul el dinero que Theo Van Gogh le envió para dar gusto a la idea de su hermano. Vincent está en un tremendo estado de excitación ante la llegada de su amigo y se dedica a la decoración de la casa con una serie de paneles con girasoles. Cuando Gauguin llega, incita a Vincent a pintar de memoria, creando escenas como el Sembrador, en las que la naturaleza resulta ligeramente fantaseada. Pero la convivencia entre ambos artistas no es fluida y las discusiones cada vez suben más de tono. El desenlace se produce la noche del 23 de diciembre de 1888. Después de haber bebido mucho, discuten de nuevo y Vincent amenaza a su amigo con una navaja de afeitar. Gauguin, asustado, se marcha al hotel y Vincent, arrepentido por el desenlace de la disputa, decide arrancarse el lóbulo de su oreja derecha, entregándoselo a una prostituta para que lo lleve a Gauguin como señal de arrepentimiento. El escándalo fue mayúsculo y la policía acordonó la casa; Vincent es internado en el hospital y delira durante tres días. En enero de 1890 regresa a su casa y pinta las sillas - donde observamos la diferencia de ambos pintores - así como varios autorretratos donde se aprecia su mutilación. Las noticias de la promesa de matrimonio de Theo con Johanna Gesina Bonger, hermana de su amigo Anders Bonger, no hacen mucha gracia a Vincent, especialmente por la amenaza económica que suponía. Además, su amigo Roulin es trasladado a Marsella quedándose bastante solo de nuevo. En febrero Vincent es ingresado de nuevo en el hospital al cuidado del doctor Felix Rey ya que padece de insomnio y alucinaciones, imaginándose que alguien quiere envenenarle. Un mes más tarde, un grupo de treinta vecinos de Arles solicita el internamiento del "loco del pelo rojo" como le denominan, una vez más, en el hospital. La policía cierra la Casa Amarilla con todos sus cuadros. Tras abandonar el hospital, Vincent abandona su hogar y se instala en dos pequeñas habitaciones del doctor Rey. Las recaídas son cada vez más frecuentes y el propio Vincent desea ingresar en un sanatorio, lo que ocurre el 8 de mayo. Voluntariamente, se marcha al sanatorio mental de Saint-Paul-de-Mausole, cerca de Saint-Rémy, a 27 kilómetros de Arles. ¿Cuál era la enfermedad de Vincent? Exactamente desconocemos a qué se debían esas crisis y ataques, surgiendo múltiples hipótesis. La más certera sería una inestabilidad psíquica de carácter congénito, acentuada por el abuso del alcohol. No en balde el doctor le rebajará la dosis de alcohol a medio litro diario, indicándonos esta noticia que era un alcohólico empedernido. Lo que no es del todo cierto es que las crisis que sufre Van Gogh influyan en su pintura ya que Vincent sólo duerme cuando tiene un ataque, teniendo miedo a estas crisis porque no puede crear durante esas fases. Por lo tanto, decir que la obra de Van Gogh es el resultado de los ataques de locura de un esquizofrénico es totalmente falso. Más bien nos encontramos ante la visión de una persona muy sensible que sabe aplicar el color como nadie en su momento. Este encierro en Saint-Rémy le obliga a pintar lo que hay alrededor del hospital, tanto las habitaciones, la naturaleza o los propios internos. Después de varios ataques - en uno de ellos intenta tragarse las pinturas - Vincent recibe la noticia de que Theo va a ser padre, deseando que el pintor sea el padrino del futuro bebé. Lleno de emoción, quiere regresar al norte de Francia para poder estar más cerca de sus amigos. Ahora trabaja copiando obras de Millet o Delacroix porque tiene miedo a pintar al aire libre. Tras una conversación con Pissarro, Theo considera conveniente que Vincent se instale en Auvers-sur-Oise, en el noroeste de París, al cuidado del doctor Gachet, famoso homeópata relacionado con los impresionistas. A fines de diciembre de 1889 sufre un nuevo ataque mientras está pintando e intenta tragarse las pinturas; una vez más el doctor le prohibe pintar, permitiendo la ejecución de dibujos. El 31 de enero de 1890 Johanna da a luz un niño al que se llamará como su tío, Vincent Willen. La noticia llena de alegría al pintor, que también se entera de la primera compra de un cuadro suyo - el Viñedo rojo - por parte de Anne Boch. En mayo de ese año viaja a París para conocer a su sobrino, pasando tres días en la ciudad, que le parece demasiado ruidosa e intranquila. Parte para Auvers, alojándose en una pensión primero y después en un Café. El doctor Gachet le cuida cariñosamente e incluso piensa que está curado, considerando que nunca más tendrá un ataque. Durante los dos meses que vivió en Auvers pintó más de 80 cuadros, demostrando estar en pleno éxtasis creador. El 6 de julio de 1890 Vincent va a París para ver a su hermano; le encuentra muy preocupado por su situación laboral, el problema de la vivienda y la enfermedad del pequeño Vincent. Se agobia por ser una carga para su hermano y temiendo un nuevo ataque, el 27 de julio sale al campo y se dispara con un revólver; regresa a su hogar y avisa a los señores Ravoux para que soliciten un médico al no encontrarse bien. Reconoce haberse disparado y los doctores le vendan la herida pero no extraen la bala. Enterado de la noticia, Theo parte para Auvers y pasa el día con Vincent, fumando ambos en pipa. El 29 de julio de 1890 fallece el primer genio de la pintura contemporánea. Curiosamente, su hermano Theo muere seis meses después en una casa de salud de Utrecht. Desde 1914 ambos hermanos reposan juntos en el cementerio de Auvers-sur-Oise.
Un genio entoda regla. Mi pintor favorito. Un genio algo loco, pero normal, teniendo en cuenta que pintaba obras de arte y no vendía casi ninguna en su época. El tiempo, inexorable, le ha dado la razón. Sus lienzos son los más cotizados, por algo será. Extraordinaria la película "El loco del pelo rojo" con Kirk Douglas en el papel de Vincent Van Gogh.
ResponderEliminarSaludos.